La Casa del Inca acoge la puesta de largo del nuevo colectivo que también incluye entre sus objetivos la enseñanza de la cultura vitivinícola para salvarla del olvido
Montilla brindó anoche, entre los muros de la centenaria Casa del Inca, el primer abrazo al último colectivo en sumarse a la amplía nómina de asociaciones montillanas: los Amigos de la Venencia. El sueño hecho realidad de la venenciadora Aurora Luque, promotora de esta iniciativa que se presenta en sociedad como escuela de venenciadores que, por el momento, tiene en una quincena de niñas y jóvenes sus primeros socios de honor.
Ante un repleto patio de la Casa del Inca, y con la presencia de representantes de la Corporación municipal, el alcalde Rafael Llamas entre ellos, el nuevo proyecto ciudadano echaba a andar con el objetivo último de que “el maravilloso oficio de venenciador no se pierda con el paso del tiempo, que perdure entre las nuevas generaciones, para que se acerquen a este apasionante mundo de la venencia y nuestra cultura vitivinícola”, en palabras de la venenciadora montillana.
Fue en su discurso donde esbozó las huellas de un proyecto que, si bien ahora ve la luz, lleva mucho tiempo madurando, o envejeciendo por esto de estar entre vinos. Recordó Aurora Luque sus inicios, con 7 años, en el arte de la venencia, en el seno de una familia montillana muy vinculada al vino y siempre junto a la figura de su hermano Francis. A él atribuyó la idea de esta escuela de la venencia, para él y su añorado recuerdo pidió un aplauso.
Desde aquellos juegos en el patio de casa con cubita de agua y catavinos en mano, la idea de la asociación siempre ha sobrevolado la casa de Aurora. Hasta el verano pasado, cuando se decidió a ofrecer, de la mano de la Concejalía de Juventud e Infancia, un taller que obtuvo una respuesta sorprendente y de donde ha surgido un grupo permanente de jóvenes venenciadores, que aprenden a servir vino de esta peculiar forma, pero que también visitan bodegas y lagares, aprenden la teoría de los vinos generosos y se aproximan a los sabores del vino con golosinas especiales.
“Cuántas copas te hemos roto, Autora, pero también sabemos ya qué es el velo de flor y qué tipo de vinos existen en nuestra tierra”, confesó Amanda Carpio, portavoz para la ocasión de un grupo que se expuso con la versión inclusiva que mantiene desde el principio, reflejada en los jóvenes Marta y Javier, el primer venenciador invidente que aprende el oficio.
Antes de rematar la velada con sus venencias, el alcalde quiso felicitar a todas las personas que desde ahora forman parte de esta asociación, con un especial agradecimiento para Aurora, “sólo la sensibilidad de una mujer puede abanderar esta idea”, valorando que el nuevo colectivo “viene a cubrir uno de los huecos que tenía Montilla, que no sólo gana una escuela de venenciadores, gana una nueva escuela con lo que supone de transmisión de valores y de cultura para los más jóvenes”.
Amigos de la Venencia se constituye como asociación abierta a cualquier persona interesada en la cultura del vino Montilla-Moriles y, en particular, en la venencia. Ya trabaja en la agenda de sus primeras actividades este mismo verano con presencia en diferentes eventos y espacios importantes para Montilla, uno de ellos será en la apertura de la Feria de El Santo.