La sede de Ademo acogió una primera jornada que conjugó comedia, drama y mucho vino en un evento que cuenta con la colaboración de la Concejalía de Turismo
Los nervios fueron una constante en los minutos previos al inicio, aunque con un producto hecho con tanto cariño, no había otra salida que el éxito. Y tal que así se produjo en la tarde/noche de este miércoles, con la inauguración oficial de la sexta edición del Festival de Microcine, que tuvo su punto de partida en la sede de Ademo (Asociación de Empresarios de Montilla), cuyo salón de actos congregó a varias decenas de personas con el fin de disfrutar de una experiencia única, una vez más, entre cine y vino.
Dany Ruz y Andrés Berlanga, como parte de la organización del evento, fueron los encargados de echar a andar la maquinaria cinematográfica, que contó a su vez con las muestras de apoyo de buena parte de la Corporación municipal, que no quiso faltar a este primer brindis. El propio Rafael Llamas, alcalde de Montilla, auguró un futuro “muy exitoso” para el Festival, recordando cada una de las ediciones en las que “han ido dando pasitos hacia adelante, apostando por la cultura y el cine en nuestro municipio”.
De este modo se dio inicio a la jornada de proyección oficial de cortometrajes, mientras el servicio de catering del Hotel Don Gonzalo ofrecía a todos los presentes la cata de cada uno de los vinos seleccionados de Bodegas Robles. La dinámica y la experiencia del evento, como ya se sabe, son completamente únicas e irrepetibles, pues cada obra cinematográfica viene precedida de una pequeña presentación, en la que se detalla el producto que se va a tomar durante la proyección y se justifica al mismo tiempo su elección. Igualmente, se aventuraron más sorpresas en materia local, ya que se mostraron los productos de la empresa Cannagin que se ofrecerán al público en la gala final del sábado.
Durante esta primera jornada se proyectaron las siguientes obras del concurso de cortometrajes: La piscina vacía, dirigida por Pablo Conde y que contó con la presencia del productor Mario Cervantes. La misma se maridó con un vino nuevo denominado ‘Oh!’; Interior/Día, de Carolina Hernández, en su caso conjugada con un vino Fino; Mujer sin varón (fuera de concurso), escrita y filmada en Montilla a cargo de Dany Ruz, y que se acompañó de un Amontillado; Otoño, de Anabel Díez y Luis Centurión, cuya proyección se potenció con un magnifico Oloroso; y Mujer y Filipina (fuera de concurso), dirigida por Luis J. Barroso, que cerró el acto bajo el sabor de un Vermut.