Mañana se inaugurará la nueva escultura de Don Diego de Alvear y Ponce de León que presidirá la plaza del Ayuntamiento, en la Puerta de Aguilar, y junto al edificio de San Juan de Dios, la primera iniciativa de la recién creada Fundación Alvear, en colaboración con el Ayuntamiento de Montilla. Culmina así un proceso cuyo objetivo es “poner en valor la historia de una familia trascendental no solo para Montilla sino también para España”, en palabras del Alcalde, quien ha incidido en el compromiso de este Ayuntamiento “por recuperar la historia y el legado que ha hecho posible que Montilla sea la ciudad que hoy conocemos”.
Durante el acto de presentación de las jornadas, que tendrán lugar en la tarde del sábado, y que darán comienzo en las Bodegas Alvear, Rafael Llamas también ha querido agradecer que Montilla se convierta en el epicentro para desarrollar todo el trabajo que tiene previsto desarrollar esta Fundación.
Mamen Alvear, presidenta de la Fundación Alvear, ha explicado que el fin es desarrollar un proyecto inclusivo que trata, fundamentalmente de centralizar el archivo histórico de la familia Alvear “que hasta nuestro bisabuelo estaba centralizado pero que ahora está repartido en diferentes propietarios”, y que gracias a la “digitalización del archivo” permitirá poner en valor Montilla y su historia. La primera acción de esta recién creada fundación será la instalación de dicha escultura firmada por el escultor Fernando Montero Espinosa, artista especializado en personajes históricos, civiles y militares, y que firmó también el busto de Don Diego de Alvear, que existe en Cádiz. El autor de la obra también participará en dicho acto.
También se va a reeditar el libro infantil de Don Diego de Alvear, en español y en inglés “que se pondrá a disposición de los colegios, para conocer no solo la figura de este personaje, sino también, la de los marinos del siglo XVIII”.
El acto del sábado estará dividido en dos partes, la primera dará comienzo a las 18 horas con dos conferencias en la propia Bodega, en torno a la figura de Don Diego Alvear y Ponce de León, que se titulan “Don Diego de Alvear y el Tesoro de las Mercedes”, y que desarrollará la historiadora de la propia familia Alvear, Carmen Fernández Daza Alvear, y también estará presente la ex Ministra, Carmen Calvo Poyato, quien promovió la recuperación del tesoro del Oddisey, tras el famoso incidente del hundimiento de la fragata de Las Mercedes.
Y durante todo el acto, estará presente la Banda Pascual Marquina que, a las 19.30 horas, hará un pasacalles desde la Bodegas de Alvear, saliendo por la puerta de Avenida Bocau, interpretando temas algunos compuestos para la ocasión por los Drake Alvear. Joaquín Drake García ha escrito varias composiciones: la marcha del Brigadier Diego Alvear y Al Montilla Alvear, aunque también se interpretarán otros temas como Solera Fina, La Comisión, Amparito Roca, Bailén y La Toma del Gurugú. El pasacalles llegará hasta la plaza del Ayuntamiento a las 20 horas cuando se realizará el acto institucional de inauguración de la imagen en bronce.
Diego de Alvear, un personaje clave en la historia de España
Diego de Alvear y Ponce de León fue un montillano paradigma de marino ilustrado del siglo XVIII: participó en expediciones científicas; luchó en numerosa guerras y fue Comisario de Límites en América, entre España y Portugal.
El 5 de octubre de 1805, durante su viaje de regreso a España, su flotilla fue atacada por los ingleses, produciendo el hundimiento de la Mercedes, fragata en la que viajaban su 1a esposa e hijos. Sólo sobrevivió Carlos. Apresado y llevado a Inglaterra, allí es indemnizado y se casa con su 2o esposa, Luisa Ward.
De vuelta a España y destinado en Cádiz, en 1810, fue nombrado Gobernador Político y Militar de la Isla de León, tras su éxito en la defensa de Cádiz frente al francés.
En el trienio liberal, el Ayuntamiento de Montilla le nombró Comandante de la Milicia Nacional, tras haber repelido el ataque de los carabineros “absolutistas”
Con la vuelta del absolutismo perdió honores militares y gran parte de su fortuna. No obstante, prestó apoyo económico a multitud de montillanos represaliados por sus ideas liberales.
Se retiró a su casa en Montilla, donada después por la familia para crear el Colegio de la Asunción, y se dedicó a cuidar su Bodega.
En 1829 realizó un último viaje para reclamar a Fernando VII sus honores militares. La crudeza del viaje a caballo, con casi 80 años, hizo que enfermara y falleciese en Madrid, donde quedó enterrado.
Diego fue finalmente restituido en sus honores militares, pero no pudo compartirlo con sus convecinos. Toda Montilla se volcó en el aniversario de su muerte, incluso aquellos montillanos “absolutistas” que habían promovido sus procesos de impurificación, como relata Luisa a su hijastro Carlos de Alvear y Balbastro en su carta de 20-11-1831.